martes, 22 de mayo de 2012

Saaremaa

Fin de semana de relax cargando las pilas para estas últimas semanas en Tallinn.
- Medio de Transporte: autobús
- Compañía: Aroa y su profesora Ilma (64a)
- Destino: Kuressaare
- Alojamiento: casa de Laine (64a), amiga de toda la vida de Ilma.
Tras cuatro horas y media en autobús, con un Ferry de por medio, llegamos a Kuressaare, la capital de la isla de Saaremaa, la más grande de Estonia. El viaje lleno de color verde, la primavera ya está aquí, y un solecico que entraba por la ventana...¡perfecto!
Hemos estado mejor que en cualquier hotel: hospedadas en la casa con sauna de la hija que vive en Finlandia, a mesa puesta todos los días y con un menú de lo más variado, y un gato de compañía que estaba pelechando. Las vistas...el castillo de Kuressaare y, detrás de éste, la playa.
Kuressaare no es una gran ciudad, todo lo tienes cerca:
- Castillo de Kuressaare
- Ayuntamiento
- Kuressaare Weighhouse
- Trahter Veski (Taberna en un antiguo molino de viento)
- Escultura de "Giant Töll and Piret" (aquellos que no tienen una foto aquí, no han estado en Saaremaa)


Como agradecimiento, les preparamos una cena española. Con todo, acabaron muy felices el domingo:
Preparación de la sangría: dos cartones de vino, medio litro de fanta de naranja, un cuarto de kilo de azúcar, una botella pequeña de vodka (tamaño petaca) y trozos de fruta...se deja fermentar desde el medio día hasta la noche.
Menú: ensalada de nueces y queso de cabra, tapas de tomate rayado y jamón, tortilla de patatas de 8 huevos y fresas con azúcar.
Música: Marisol, Nino Bravo, Rocío Jurado, Joselito y Manolo Escobar, entre otros.

¿Por qué felices el domingo? En la comida, empezaron al solecico con sangría del día anterior (24h de reposo) y siguieron con un Rioja de Crianza de 2006...desenlace: ¡Viaje en globo!
Ilma con mofletes colorados, cantando-bailando-haciendo eses durante el camino hacia la estación de autobuses, en fin, las emborrachamos.

No se sabe cómo, pero después de un fin de semana de no hacer nada, llegué a casa reventada. Pero ya estoy preparada para despedirme de Tallin en estos dáis.

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