jueves, 10 de mayo de 2012

¿¿¿Bremen???

Si, ¿¿¿Bremen???
Lo que empezó siendo una visita de 3 días a Bremen aprovechando la conocida aerolínea Ryanair, acabó incluyendo también un día por Clausthal.
Visitar a Pablo, planeado desde Marzo. Visitar a Akela, improvisación de una tarde para la mañana siguiente. Ver la sonrisa de Akela, no tiene precio.
Quién diría que sería tan raro vernos juntos en un punto en el que no es el nuestro, cada uno en una punta y nos juntamos....algo normal, pero raro a la vez.

El sábado no fue nada turístico en cuanto a monumentos y esas cosas se refiere, pero sí de bares y de vida Erasmus. De un pub irlandés, viendo el partido Chelsea-Liverpool, pasamos a casa de Dave, el canadiense, para acabar más tarde en Modernes de fiesta, uno de los lugares de fiesta de por alli.
La aventura del domingo fue lo más interesante del viaje. Nos pusimos el despertador para coger el tren de las 8.20 dirección Hannover-Goslar, pero la fiesta nos traicionó y nos dormimos un rato...por lo que en 20min nos vestimos y salimos corriendo por la puerta para poder coger el tranvía. Si ya íbamos apurados, a alguien le parecía que no...por lo que fuimos corriendo al lado del tranvía hasta la parada...los frikartolis de la noche, hicieron casi su aparición estelar...pero cogimos el tranvía. Llegamos con 4 minutos de margen para el tren...pero tuvimos problemillas para encontrar el billete por la máquina, por lo que se nos escapó (raro en nosotros XD) y aprovechamos para desayunar. Menos mal que hay uno cada hora.
Una vez en el tren...no se podía dormir uno pues había que cambiar el tren en cierto punto y correr a coger otro...en fin...eso lo hicimos a tiempo, y llegamos a Goslar, donde nos esperaba Akela. Pero, para nuestra sorpresa, ¡nos esperaban todavía 45min de autobús! En fin, todo lo que se hace a la ida...se tiene que hacer a la vuelta.
En Goslar estuvimos un ratico...y luego a Clausthal a ver la guarida de nuestro amiguico. Allí disfrutamos de sus paisajes de árboles, laderas, montañans, lagos y nubes...porque no hay otra cosa, pero el aire es puro, de eso puede uno estar seguro.
El domingo ya vi lo típico de Bremen, la estatuta de sus músicos, el centro, y el parque Bürger...qué más...
Pero vamos...más que la ciudad (que es bonita y recomiendo de ver) me hizo más ilusión ver a mis amigos.

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